El Penal de la Distancia

Un teléfono que ya no suena mas,
y tu voz que no se deja escuchar.
Unos ojos que no paran de llorar,
y una herida que no cesa de sangrar.

Unas manos que están presas en libertad,
y una boca que se muere por probar
otra vez el néctar de la felicidad.

Una mirada que ya no me mira mas,
que aunque pasen mil años no podre olvidar.
Un –TE AMO- que no llegas a escuchar,
y un corazón encarcelado en el penal de la distancia.

Una paz que no se deja alcanzar,
una vida que no es vida si no estas,
si nunca mas veré tu rostro ya no quiero respirar.

Iván. 2005-05-20


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