17 de Marzo de 2005

Son las cuatro y diez de la mañana,
desperté un año mas viejo,
abrazado a mi almohada,
tratando besarla, creyendo que eras vos.
Hoy no quiero regalos,
no quiero falsos amigos,
antes amaba las tortas,
ahora solo a vos, la mas dulce que saboreé.
Un regalo así es imposible, lo se,
sería una pena envolverte,
a la mas bella flor que hay en esta tierra,
solo quisiera regarte y cuidarte.
Muchos tienen la facilidad de decir la palabra justa en el momento justo,
yo la de pensar una cosa y decirte otra,
de tratar decir –te amo- y solo decir una guarangada.
Es que duele tanto no tenerte,
soñar que duermo con vos,
y al despertar no poderte besar,
que mil palabras no lo describirían.
Esto no es una poesía,
tampoco una canción,
no tiene rimas, principio ni final,
solo intento abrirte mi corazón.
Trato de que entiendas que mi amor es sincero,
pobre, vulgar, también patético (dirías vos),
tal vez sea mucho pretender amar a una reina,
pero es que no miro tu corona, solo tu alma.
Aprendí a quererte tras una pantalla,
sin siquiera gustarme tu exterior,
hoy amo cada centímetro de vos,
por eso no tengo corazón, te lo regalé,
y no me lo devuelvas, fue echo para vos.

Iván. 2005


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